martes, 27 de enero de 2015

LA CASA DE LOS ABUELOS





La casa de los abuelos estaba ubicada en la parte alta del pueblo, frente a la escuela. Recuerdo que ellos asaban el pan sobre unas bandejas de lata que metían en un horno hecho de tierra y calentado con leña. El sabroso olor de los amasijos se expandía por el vecindario y, todos las mañanas, a la hora del recreo, yo me escapaba de la escuela para ir a saborear un delicioso pan caliente con el acostumbrado cafecito en leche que me preparaba mi nona Margarita o mi tan querida tía Tulita. De aquello no queda nada, "la casa de arriba" ha desaparecido tras el olvido... el solar está vacío.


EVOCACIÓN
(Soneto)

Aunque el pasar del tiempo lo haya borrado todo,
la casa en mis recuerdos aún está presente;
las ruinas se han cubierto de maleza y de lodo,
y un gran pesar invade mi corazón doliente.

Para evitar los años no existe ningún modo,
se van yendo las cosas cual sol en el poniente;
efímera es la vida pues en cada recodo
del tortuoso camino la parca está latente.

Se fueron de mi lado los tiempos más felices,
los años imborrables de la dichosa infancia
cuando entraba a hurtadillas, en la panadería,

y entre los amasijos metía las narices
para aspirar gustoso la sabrosa fragancia:
 del pan tan delicioso que mi "nonita" hacía.


Rahulig/015
DRA


Imagen: La casa de arriba
Google Earth



jueves, 22 de enero de 2015

EL PRIMER CUMPLEAÑOS





Hoy jueves 22 enero cumplió su primer año de vida Tania Liseth, la nietecita menor. Muy orondo me fui a visitarla y, aunque la encontré algo decaída por culpa de un resfriado, pude compartir con ella algunos minutos e inmortalizar el momento en una bonita fotografía. De regreso a casa me puse a hilvanar unas estrofitas para dedicárselas con todo mi amor de abuelo. Espero que Dios me conceda la gracia de verla crecer muy feliz a mi lado.


ANIVERSARIO
(Cuartetas)

Trescientos sesenta y cinco
días hace que nació
Tania Liseth y, de un brinco,
un añito ya cumplió.

Ya palabras balbucea
e intenta decir papá,
hace solitos, gatea
y anda de aquí para allá.

Ya le salieron tres dientes
y el cabello le ha crecido,
ya pronto usará pendientes
a juego con el vestido.

Ya le gustan los bombones
y con leche las galletas,
los dulces, las colaciones
y las crujientes crispetas.

Ya se pone a tararear
canciones de la emisora,
brinca e intenta bailar
y grita como una lora.

Se ha caído de la cama
y hasta del caminador,
de traviesa tiene fama
mi angelito encantador.

Angelito encantador
que llegara desde el cielo,
para alegrar con su amor
el corazón del abuelo.


Rahulig/015
DRA






Imagenes: Tania Lishet
Archivo familiar



miércoles, 14 de enero de 2015

LA SUERTE DE UN PICAFLORES





Julián estaba sentado en el parque, bajo una buganvilia, cuando comenzó a presentir su desgracia. Con cara de pocos amigos venía don Gilberto, el padre de su última conquista: una bella mujer de tan sólo diecisiete años quien era como una joya para su familia. Se estremeció al ver el calibre del revólver que portaba don Gilberto, pero no pudo reaccionar, apenas pudo sentir el calor de las balas y el frío de la muerte… tres disparos acabaron con la vida de aquel muchacho parrandero, jugador y enamorado.


JULIÁN
(Cuartetas)

Era Julián un bandido
en cuestiones del amor:
buen amante, mal marido,
borracho y conquistador.

Embaucaba a las mujeres
con sus dotes de galán,
parecía tener poderes
salidos de un talismán.

Por doquiera que pasaba
romances iba buscando,
a todas enamoraba
y las dejaba llorando.

Se ufanaba cada día
de sus mentiras y engaños,
la suerte le cambiaría
con el correr de los años.

Fue don Gilberto Collazos
el padre de Ana María,
quien le diera tres balazos
en cobro de una osadía.

Así terminó la historia
del don Juan empedernido,
que pensó obtener la gloria
sin cumplir lo prometido.

En la región muchos niños
tienen por nombre Julián,
y se parecen por pillos
al malogrado galán.

Y... todavía se comentan
por estos alrededores,
las crónicas que recuerdan
la muerte del picaflores.


Rahulig/015
DRA


Imagen: Iza - Boyacá
De la red



jueves, 8 de enero de 2015

LA TIENDA DONDE CECILIA





La tienda de Cecilia quedaba a la orilla de la carretera, justo a la entrada del pueblo en el sitio denominado "El Salvavidas", cerquita al cruce de dos caminos. Era mi costumbre, cada vez que bajaba a visitar la tierrita, detenerme por unos momentos para saludarla y refrescar la garganta con una buena cerveza. Ella, siempre amable, me recibía con una sonrisa: «¡Qué milagro de verlo, señor ingeniero, tómese una para la sed!», decía, y destapaba la primera. Ya no escucho aquel saludo, se ha ido Cecilia a descansar... se murió en un pesaroso mes de abril y la recuerdo con cariño. Éramos parientes por ascendencia Lizarazo.


UN RECUERDO
(Soneto)

Fui muy amigo de Cecilita,
la de la tienda del Salvavidas;
donde tomaba mi cervecita
en las llegadas y despedidas.

Era de todas la más bonita,
la más querida entre las queridas;
de oreja a oreja su sonrisita
me daba siempre las bienvenidas.

Pero el destino que es traicionero
quiso llevársela a ella primero:
se halla cerrada... la tiendecita

 y sufre mi alma desconsolada.
De aquel pasado no queda nada,
¡sólo el recuerdo de Cecilita!




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Derechos Reservados Copyright © 2015
Rafael Humberto Lizarazo G.

Imágenes: El cruce y Cecilita
(De la Internet)



viernes, 2 de enero de 2015

MI CARTA A LOS SANTOS REYES





Esta mañana, mientras caminaba por uno de los parques de la ciudad, me tope con una bonita estampa. Después de admirarla por un momento la capturé en una fotografía y, al llegar a la casa, me di a la tarea de escribir algo alusivo. Entonces, se me ocurrió hacerle una carta a los Santos Reyes, con la esperanza de que alguno de mis deseos se vuelva realidad. 


LETANÍAS
(Pareados)

Con inmensas ilusiones da comienzo el nuevo año,
mas el camino no es fácil, y por eso no me engaño.

El intenso azul del cielo hace crecer la esperanza,
pues un corazón valiente todo lo puede y lo alcanza.

Por eso a los Santos Reyes mis deseos quiero pedir,
para ver si Dios me ayuda a que se puedan cumplir:

Que alguna paloma blanca sea portadora de paz,
y que mi sufrido pueblo no tenga que llorar más.

Que los campos reverdezcan y el sol nos brinde su abrigo,
para que crezcan las flores mientras se madura el trigo.

Que las musas tan queridas me sigan acompañando,
y que no me falten fuerzas para continuar luchando.

Que pueda seguir contando con mis fraternos amigos,
los que son de mis desvelos compañeros y testigos.

Que las familias felices prosigan andando unidas,
y que luces celestiales iluminen nuestras vidas.

Que la bondad haga nido en todos los corazones,
para que en lugar de llanto se oigan risas y canciones.

Y… que logremos hacer un planeta más humano,
donde todos, sin distingo, avancemos de la mano.


Rahulig/015
DRA


Imagen: Parque del bosque
De mi móvil



Información del Autor

Mi foto
Simplemente, un bohemio soñador. Hacedor de versos, creador de canciones e inventor de historias. Paz de Río (Boyacá) Colombia, 23 de abril de 1952.

Los que vuelan conmigo

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